Los caminos de la vida...

Me sorprende la existencia. Desde sus detalles más íntimos, hasta el clima de estos días.

Que votamos si Plutón es o no un planeta

Que mientras menos riego el bamboo de mi casa, más bonito crece (de rebelde quizás)

Que mientra más ignorante me siento, más me dicen que sé cosas.

Que la sopa sigue siendo un acto de casa y antiquísimo, mientras puede ser el ícono del posmodernismo.

Que mientras más cerca, más deseo.

Y yo que creía que el sistema solar era harto más inmutable, además ya empezaba a creer en tanto libro astrológico... yo que me sentía orgullosa de un planeta tan lejano y tan cercano, qué lindo, planeta enano ....

Yo que creí que liberal era, que liberales éramos todos y nada de libertades egoístas sino de restricciones generosas.

Yo que creía no tener oficio y me desespero si no me oficio con este espacio...

Yo que creía que no tenía alma y resulta que la recuperé de golpe y porrazo con un beso

Pero... ¿sería yo feliz con un camino no agreste pero aburrido? ¿sin cuestas para esforzarse?

Como dice Vicentico, los caminos de la vida son difícil de caminarlos muchas veces, pero hay tiempo. Además, no camino sola, y también veo viajeros y viajeras con mochilas y morrales, que silban a pesar de que aprieten los zapatos. Con algunos y algunas me siento de vez en cuando a compartir impresiones del viaje...y ojalá la salida no sea una...

Encontraré las ventanas y salidas, las entradas y los túneles... y recordando otra canción donde Vicentico ponía la voz: Sé que moriré... riéndome.