10.7.06

La Cerveza

Después de la primera cerveza el espacio se resignifica. Es la construcción social del espacio la que se pone en marcha, no con la disposición de los cuerpos sino con la experiencia en el lenguaje. Giro lingüístico llamarían algunos, y en cierta medida lo es. El alcohol le da una nueva dimensión a los sentidos y todo comienza a verse de una manera diferente. La lengua se suelta. Todo comienza de una manera formal, con los cigarrillos sobre la mesa y el cenicero limpio, mediana concentración y la capacidad de todos para escucharnos. Pero la cerveza se comienza a acabar, el color de la piel cambia y el calor hace que comencemos a despojarnos de nuestras ropas. La conversación se pone cada vez mas estúpida y las pretensiones de seriedad son sofocadas por la risotada incontrolable de cada uno de los sujetos en la mesa.

El ritual es claro. La botella frente a cada uno y las colillas agonizando porque nunca, por más que lo trate, se apagan bien en el primer intento. Fin de la cerveza y receso. Silencio momentáneo…sonrisa y mirada a la pared…reconocimiento de la sed…alguien comienza a ponerse ansioso…el cuerpo ruega por alcohol…alguien sabe que tiene que preguntar algo pero le da pena pues estamos en un ambiente estúpido, el inevitable ritual de la cerveza…buscamos en nuestro cerebro el hilo de la conversación, nos damos cuenta que eso se perdió hace mucho y necesitamos más alcohol. Fin del receso. Más cerveza.

Después de unas horas la mesa está húmeda, ya alguien regó y se mantienen los rastros de la espuma. Las botellas se juntan y se inspeccionan con algo de nostalgia. Hace más o menos media hora se hizo la pregunta asesina: “pero bueno, al final no te entendí,  a que te referías con eso del biopoder, porque claro, yo sé que Foucault…” HIJUEPUTA!!!!!!!!!!!!!!!! Todo estaba tan bien, tan poco claro y tan disperso. Nos reíamos hasta la pérdida de la conciencia, hasta las lagrimitas, hasta el espasmo. Todos gritábamos como niños y nos burlábamos de nosotros mismos, en cada palabra y en cada acción; sólo había un maravilloso acumulado de creatividad en función del ridículo. Y estábamos felices. Ahora las cosas han cambiado. Maldita cerveza. No, no es su culpa, ella sólo es manoseada, ultrajada por los serios y solemnes  de este mundo.
Así que ahí seguimos, pero ahora no gritando, sino esperando la maldita respuesta, sabiendo que no hay marcha atrás.
Trato de no poner atención, pero ya las caras comienzan a contraerse, se absorben los pensamientos, un receso más… Realmente no pongo atención, hasta que alguien, muy amable el cabronzuelo, decide incluirme en una conversación de la que no quiero ser parte.

A partir de ese momento todo deja de tener sentido para mi. Ahora hay que responder preguntas expresadas en el lenguaje del alcohol “hijuepu….es que yyi crea que eso dbriea pnsraes de tra mara”.  Limpiar la hermenéutica del vómito y pensar en el fetichismo del aguardiente. Y tratar de sostener una conversación coherente sobre las formas cotidianas de resistencia a los rechazos.

Al final todo queda medio perdido, mientras comienza a caer la gente sobre la mesa, con las mejillas sobre los rastros de alcohol y la incapacidad de moverse.

12 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No se por que me suena conocido...
besos Casandra

julio 10, 2006 5:32 p.m.  
Blogger GOMÍS said...

Ya te lo había dicho: me encanta la cerveza!!! Lo que no soporto es el sabor del alcohol y lo que te provoca...el cigarro, ese sí no lo soporto ni a 10 metros de distancia...
Afortunadamente ya venden cerveza sin alcohol y sabe igual.

Salud Negra!!!

Ya nos iremos a echar unas carnes asadas y unas chelas...la mía sin alcohol.

julio 10, 2006 6:36 p.m.  
Blogger Bit said...

Pinche alcohol jaja. Hace mucho que no me quedo con la cara pegada a la mesa con los rastros de espuma. Lo que si es que ahora con tan solo 5 chelas (y eso conservando los 5 sentidos) pierdo todo el dia siguiente - me lo gana la cruda... me cae que mi cuerpo se rebeló por el abuso de años anteriores. Ahora me castiga hasta por el vinito con la cena.

julio 10, 2006 9:04 p.m.  
Blogger Hiscariotte said...

La lengua se suelta, claro, pero un poco agarrotada: cada vez se habla más y se entiende menos.

Definitivamente tengo una relación amor-odio con la cerveza; es deliciosa, espumeante, excitante, pero traidora... aunque no quisiera echarle la culpa, prefiero asumir la falta yo mismo: ella se lo merece.

Un abrazo negra.

julio 10, 2006 9:14 p.m.  
Blogger Nacho said...

Enorme, como siempre mi negra.

julio 10, 2006 10:33 p.m.  
Blogger David Temper said...

una limonada con algo de sal antes de dormir... y a despertar en gracia.

julio 11, 2006 3:47 a.m.  
Blogger Loocila said...

es imposible para mi la seriedad en la ebriedad, que es eso?

julio 11, 2006 9:47 a.m.  
Blogger María said...

Eso, qué buena tu descripción Negrita... oye, algo oí por ahí de que nos ibas a dar alguna sorpresita en tierras defeñas... ¿será? Entretanto, te mando abrazo fuerte.

julio 11, 2006 6:55 p.m.  
Blogger María said...

Negra, tienes tarea, te dejé mensajito en mi blog.
Besos.

julio 12, 2006 1:54 p.m.  
Blogger elisa said...

Genial, mi querida Negra. Me encata como bajas al verdadero nivel a los biopoderes, las hermenéuticas y las dialécticas, es decir, a donde de a deverás sabe bien platicarlos, es decir, en medio de cervezas.
Un abrazo

julio 12, 2006 6:46 p.m.  
Blogger P said...

m'encantó todo lo que leí... la poda saludable, las converse a los 30, la desconfiguración estructural del acto de expresrse con clara dignidad castellana, enfin toutes ces manières un peu connues ou méconnues de s'exprimer, de regarder, d'apprendre...

Seguro vuelvo por aquí (no es imprudente invitarme sola, n'est-ce pas?)

P

julio 13, 2006 7:58 a.m.  
Blogger felsO said...

no lo pudiste describir de una mejor manera!jejeje =)

julio 13, 2006 8:43 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home