Bonus

Bono es un tipo bonito. Un tipo de características únicas dentro del mundo de la música. Él, siendo celebridad y todo, piensa en los pobres, en los países pobres y en la gente pobre de esos países pobres. Bono nos va ayudar a pagar la deuda externa con canciones e intenta enseñarnos que la racionalidad capitalista puede estar basada en un sentimiento depredador cariñoso. Así que siguiendo su instinto paternal he decidido enviarle un proyecto que seguramente le permitirá mayor reconocimiento.

A mi siempre me han dicho cuando no me como todo lo que hay en el plato: “tú con la posibilidad de alimentarte y los niños en África muriéndose de hambre” lo que siempre me ha llevado a pensar en dos cosas. La primera es: de aquí a África es un viaje largo, debe costar bastante mandar la comida hasta allá, y esperar además que no esté descompuesta a la llegada es muy ingenuo. La segunda es que es una iniciativa de caridad individual, pero ante todo imposible si uno no es Bono. Porque Bono es Bono y el sí puede cambiar el mundo con sus gafitas oscuras y sus domingos que sangran.

Mientras a Shakira le dio por cambiar el planeta con canciones horribles y hacer un Live 8 en América Latina, yo creo que haré mi parte. Le voy a mandar a Bono y Shakira un proyecto que seguramente les parecerá muy acorde a sus propuestas sobre la reducción de las desigualdades mundiales. Se llama “sobras del mundo para el resto del mundo”.

Teniendo en cuenta que para Bono el problema del hambre tiene que ver con que el capitalismo no lo han comandado aún los ositos cariñositos, pero que finalmente la meta es que todos nos queramos porque el pobre es un invento del rico para poder ir al cielo, el programa sobras del mundo pretende en primera instancia, desvanecer cualquier rastro de remordimiento por la explotación, opresión y subyugación de los pueblos. Por eso se lo quiero mandar a Bono.

Como segunda medida, el programa sobras del mundo quiere dar la posibilidad de que los países ricos generen en sus ciudadanos la conciencia de comer más y dejar más sobras, que es lo más cercano que ayudados por Bono podemos llegar a una postura crítica. Por eso es necesario hacer campañas para promover la anorexia juvenil en Europa como acto de responsabilidad mundial por excelencia. De esa manera, mientras se mantiene el descarnado saqueo de los recursos naturales en eso que llaman el sur global, el programa genere alternativas de redención en un hueso de pollo a medio comer o en las moronas del fondo de un plato de comida congelada.

Yo también quiero ayudar a los que no tienen que comer, y con Bono y el programa de sobras del mundo es posible. Creo que con eso es claro que ya no necesitamos más reuniones anuales de ningún tipo. Es más importante apoyar la cumbre en Davos, ellos también deben dejar hartas sobras que por estas tierras recibiremos agradecidos.