Inyecciòn
Por fin estoy aquí, después de meses, días, horas y minutos de agonía, me encuentro acostado en esta fría camilla, en esta fría habitación. Paredes planas y grises, un crucifijo que mira hacia el suelo tal vez sintiendo pena por mí. Luego de meses de investigación no logró demostrarse ni mi inocencia, ni mi culpabilidad, pero en este país es más fácil presumir culpables que inocentes. Lo único que hice fue estar donde no debía; no seré el primero ni el último al que le pase eso, sólo que a mí ese error me costó la pena de muerte y el dejar mi vida a la mitad.
Luego de confesarme y renegar con el sacerdote por esta vida que me tocó, me encuentro aquí, de frente al destino, como siempre lo he asumido. Han conectado el suero, y dentro de poco me aplicarán dos químicos, uno que me dormirá y otro que provocará un paro cardiaco que acabará con 35 años de feliz existencia y 10 de una lucha contra la injusticia.
Han pronunciado la sentencia: “El Estado luego de examinar las pruebas, de un juicio justo y declararlo culpable del asesinato de la señora Luisa Méndez, la cual fue hallada brutalmente golpeada hasta morir, lo condena a la pena de muerte por inyección letal, la cual será ejecutada hoy 20 de marzo de 2003”. Han abierto el bypass para el sedante; me vienen pensamientos en el orden más inesperado. La niñez, el beso de mamá, la vez que escupí desde el balcón y le cayó a una señora, cuando conocí a mi esposa, cuando terminé la escuela, la confesión en la que dije que había tenido una experiencia sexual con una amiga de mi hermana. El beso de aquella mujer que me consoló cuando mi esposa me abandonó, cuando aprendí a leer; Dios, las oraciones, la pradera azul, el accidente, abordar el camión, besar los labios. Ya casi ni me siento, ya no sé qué va a pasar, quiero ser dueño de mí mismo hasta el último momento. La vez que encontré a Luisa con su nuevo esposo en nuestra antigua cama, la ira, la rabia, la sangre y… recuerdo que la maté, por fin lo recuerdo, la brisa, el mar, la oscuridad, el día, la noche, la sangre, mi llanto, la muerte, la verdad, mi mentira, el fin, el comienzo, sus ojos, me duele el alma, el comienzo, la muerte, la muerte.
3 Comments:
Qué estaran pensando en esos últimos minutos de sus vidas?... que intriga.
vale mas no averiguar...
trataria de buscar una posible escapatoria hasta el ultimo instante, finjir indiferencia ante la inminente muerte puede ser una de ellas. :P
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